El pasado 4 de marzo tuvimos como invitado en la asignatura de Gabinetes de Comunicación a Javier Castellano, antiguo alumno de nuestra facultad.
Javier cuenta que a diferencia de la mayoría de sus compañeros, él no supo desde siempre que quería ser periodista; es más, estuvo muy cerca de estudiar empresariales y económicas y no esperaba que le cogieran en la carrera de periodismo (su tercera opción al hacer selectividad).
En 2º de carrera con 19 años empezó a trabajar en una emisora de radio de lunes a jueves de 2:00 a 6:00 de la madrugada por tan solo 400 pesetas. Este fue su primer trabajo y a la vez sus primeros pasos en el mundo del periodismo y la comunicación y desde entonces nunca ha estado mas de tres meses sin trabajar. “Si algo diferencia a un periodista de otro es las fuentes que tiene” dice Javier, ya que gracias entre otras cosas a sus contactos, él ha podido ir pasando de un trabajo a otro y conocer y disfrutar de muchos sectores distintos.
En su último año de carrera hizo un trabajo por el que le dieron una matricula de honor y a raíz de eso montó una agencia con 30 empleados, iniciándose así como emprendedor.
Sin embargo, Castellano no ha querido casarse con una empresa o con un puesto de trabajo determinado, pues como él bien dice el periodismo es la profesión del solterismo.
A excepción de televisión ha hecho de todo. Su carrera profesional ha estado siempre entre los medios de comunicación y el mundo empresarial. Desde que empezó a trabajar ha estado en radio 20 años sin interrupción, ha montado agencias de comunicación, agencias de noticias, ha sido corresponsal de El Mundo, jefe de prensa para el ayuntamiento de Boadilla del Monte, ha dirigido 17 periódicos y un largo etcétera.
Actualmente trabaja en Gilmar, una inmobiliaria de lujo, en la que es director de comunicación desde hace 6 años y en la que empezaron siendo 200 personas y a día de hoy son 400.
Javier es sin duda el ejemplo de vitalidad, fuerza, valentía y sobre todo ganas. Siempre nos han dicho que debemos tener claro a qué nos queremos dedicar o qué queremos hacer exactamente porque así será más fácil conseguirlo. En cambio, él nos ha demostrado con su larga e intensa trayectoria que lo mejor es probar, lanzarnos sin miedo y ante todo recibir y aceptar lo que llegue con una sonrisa, aunque renunciando eso sí, a lo que no nos haga felices.
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